La sobredosis de benzodiacepinas, en particular
cuando se combinan con licor u opio, puede llevar a un estado de coma. El antídoto para todas
las benzodiacepinas es el flumazenil, un antagonista de las benzodiacepinas, el
cual, ocasionalmente, se usa de modo empírico en pacientes que se presentan a
una sala de emergencias por perdida de la consciencia inexplicada. Siempre se
prefiere el manejo de medidas de soporte antes de instalar un tratamiento
antagonista de benzodiacepinas para proteger al paciente tanto de los efectos de
la abstinencia como de posibles complicaciones por el uso simultaneo de
compuestos farmacéuticos no relacionados químicamente. Para ello, se debe
hacer, con el adecuado escrutinio, una determinación de una posible sobredosis
deliberada, tomando previsiones para prevenir injurias adicionales por parte
del individuo.
Los pacientes en quienes se sospecha una sobredosis
por benzodiacepinas y que muestran deficiencia en su nivel de consciencia y
depresión respiratoria y que lo más probable es que requieran una intubación
endotraqueal junto con una posible admisión a cuidados intensivos, deben ser
quienes se consideran candidatos para el flumazenil para evitar la intubación y
la ventilación artificial. La decisión de administrar flumazenil a un paciente
sospechoso de una sobredosis de benzodiacepinas debe ser hecha seguida de una evaluación clínica,
incluyendo un examen físico y evaluaciones bioquímicas del estado respiratorio
del paciente y su capacidad de proteger, sin auxilio artificial, sus propias
vías aéreas.
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